Como diría Claudio Naranjo en su obra La música interior, la música ocurre en el tiempo, al igual que la poesía y la danza. La música es un vehículo que nos ayuda en nuestro avance por la vida. Un allegro evoca alegría, un adagio, sufrimiento o gravedad, un andante, naturalidad…

A mí el maestro Naranjo me llega a través de otro maestro Albert Rams, al que conozco en una especialización sobre este tema de Música y Gestalt.

Albert en su libro Músicas para un viaje interior, inspirador de mi trabajo de talleres de crecimiento personal, habla de que la gestalterapia es un trabajo fundamentalmente emocional que se intenta insertar en un enfoque más integrativo, incluyendo lo cognitivo, lo corporal y lo relacional. Además de lo simbólico y lo espiritual. Esto es, va más allá de lo puramente emocional sin duda.

Una de las contribuciones de este enfoque para el abordaje del sufrimiento y gozo humanos, es el “vacío fértil”, junto con el concepto de contacto y de actitud. Sin embargo, de todo lo dicho antes, y a pesar de la integración de todos esos prismas, nada es garantía clínica de nada, sino que todos son puertas de acceso si se da que lo sean, para esa persona, en ese momento determinado, y de esa manera concreta.

Es por ello que en mis talleres pretendo mezclar la música con la terapia.

Por un lado, me encanta hacer propuestas musicales, distintos experimentos sonoros a través de diferentes músicas y canciones que a mí y a los componentes del grupo nos mueven alguna emoción. De este modo, cada experiencia (según Rams, experiencia = cuerpo + corazón + cabeza = alma) es una puerta que facilita se puedan abrir espacios a ese viaje interior.

Me gusta jugar a abrir puertas a nuevas experiencias, sensaciones, emociones, que nos lleven a curar nuestras almas. A mí me sirve, de ahí que lo quiera transmitir a quién lo desee aprehender.

Por otro lado, también hago en cada taller una práctica reflexión o recogida de ese movimiento interior, de esos estados de ánimo. A modo de cierre, y que quede la cosa en casa.

La Gestalt y la música son vehículos para conocerte a ti mismo, al aportar chicha o material para el trabajo personal, uno de los grandes temas de este siglo además de tema universal desde los sabios antiguos de la humanidad. 

Sin obviar la parte espiritual de la psicoterapia, así como la parte relacional y vincular que en ella se da…nos abandonamos al transcurso de nuestras sesiones como al transcurso de la propia vida, doliéndonos a veces, iluminándonos otras, sonriendo, confundidos…lo que venga con cada onda, con cada ola… en cada etapa del camino, con cada canción, con cada danza, con cada respiración, con cada meditación…

Veamos algunas particularidades beneficiosas de la música para nuestra salud integral

La música es una manera de conectar con lo emocional y lo corporal, suscita un estado de felicidad no permanente, pero si periódico cada vez que escuchamos esa canción que nos lleva allí.

La música posee un gran contenido espiritual, además de ser un lenguaje universal que une, y pone en relación con lo trascendental, con lo colectivo. Con un “algo mucho más grande que yo”, pues no sólo tenemos un yo individual, y un yo relacional, sino que también tenemos un yo colectivo, que nos faculta a tratar al otro como un ser próximo, sea anónimo o vecino, al tú como si fuera yo, al nosotros., al vosotros y al ellos como si fuera yo.

Hoy día la ciencia ya ha ido demostrando lo que los sabios universales decían, que, desde un punto de vista psicosomático, la conciencia espiritual es saludable. Y que las personas que tienen esa dimensión abierta de sí mismas, gozan de mejor salud psicológica y física que las que no.

A muchas personas, la música les sirve también para percibir su propio cuerpo, darse cuenta de su existencia incluso en algunos casos, y expresarse a través de él.

Lo mágico de las canciones, de la música, es que ayudan a sufrir bien. Me encanta trabajar con canciones aprendidas a ver así gracias a Albert como son canciones determinadas o la música de los clásicos que nos llevan a viajar por las más diversas emociones humanas. 

Me encanta entrenar la escucha musical proponiendo experimentos. Uno sintiendo el cuerpo cual instrumento, llevando los tonos graves al centro medio o coronario, y los agudos al centro alto o mental y los graves al centro bajo o pélvico. Otra, como si el cuerpo de una esponja se tratara, para que la vibración no entre sólo por los oídos. Se trata de facilitar en este taller una postura receptiva, femenina, yin… O como si fuera un jarabe que tomo por la boca y dejo haga su actuación internamente.

De manera fácil, sin presión alguna, es importante para esta escucha musical colocarse en una postura meditativa, en un soltar y a la par estar ahí, y con una respiración que nos ayuda a ir al centro si estamos muy dispersos a la par que a soltar lo que aprieta por dentro.

Además de vehículo para emocionarse, la música lo es para pensar, para experimentar sensaciones, moverse, sentirse a uno mismo y los otros, ya sea a través del movimiento interno /externo, o de ambos.

Me gusta experimentar con el lenguaje de la música interior, o movimiento auténtico que seda simplemente al pararse aquí en la escucha del propio sonido interior. Esa manera de hablar que es el propio movimiento. Ese parar, beber agua…estar atento a mis micro movimientos, respirar…sería la escucha del bolero que nos lleva a colocarnos…en otro estado… allí.

La música mueve emociones, por ello la podemos usar para transformar nuestros estados emocionales.

En definitiva, la música sirve para lo que es inexplicable en palabras, de ahí que no sea estrictamente humana.

En la película Todas las mañanas del mundo se define la música de esta bellísima manera, al decir que no es para el rey o para Dios, ni para e silencio, el amor o la añoranza del amor, que es más bien “un abrevadero para las almas a las que antes de ser niños o después de muertas les falta el aliento”.

Mmmm, sobran las palabras tras ella, para deciros que estáis invitados a ese viaje interior a través de la música y la GestaltEn mis talleres pretendo mezclar la música con la terapia. Será un placer compartirlo en grupo.